Capítulo 8 Análisis comparativo

8.1 Introducción al capítulo

En esta sección, tras haber presentado los cuatro casos de estudio de forma individual, se presenta un análisis comparativo de los resultados. En primer lugar se hace una comparación de casos dentro de cada uno de los bloques académico y comunitario. Finalmente se presenta el análisis comparativo que permite comparar resultados entre todos los proyectos.

8.2 Bloque académico

8.2.1 Contexto de las actividades

Tanto en Gorgas Tracker como el Open Flexure, la problematización presenta similitudes: escasez de recursos, barreras burocráticas, demoras, costos de importación y la imposibilidad de adaptar o reparar las herramientas científicas a costos razonables. Ambas iniciativas son esencialmente una respuesta propositiva, la búsqueda de autonomía frente a una situación adversa. Quizás como respuesta a esa situación inicial de adversidad e imposibilidad de producir conocimiento, los proyectos se piensan como pruebas de concepto diseñadas para tener un alto impacto social.

Los objetivos de largo plazo son amplios y conectan a la producción de conocimiento con problemáticas locales de desarrollo. Más allá de publicar mejores o más papers, se piensa en solucionar problemas acuciantes en el contexto donde se inserta el proyecto. El equipo de Gorgas parte del objetivo de que su estudio y herramientas sean útiles para quienes ejecutan planes de control, que sean fáciles de usar para los agentes de salud, que formen parte de un plan mayor de cambio en las políticas de control de la malaria. En Open Flexure sucede algo similar, desde el makerspace fabricante y el instituto de investigación que usa los microscopios, lo que se pretende es mejorar un proceso de diagnóstico actualmente limitado por los recursos humanos y de infraestructura disponibles, con consecuencias para la salud de las comunidades.

Las etapas de trabajo en ambos casos incluyen tres momentos bien diferenciados: el prototipado inicial a partir de los requerimientos del equipo investigador original, las pruebas con quienes serán las usuarias finales en ciclos iterativos y el desarrollo de pruebas piloto controladas. En ambos casos existen instancias específicas de contacto entre usuarias y desarrolladores de los artefactos, aunque en el caso de Open Flexure, una iniciativa con tres años de recorrido, el equipo desarrollador y el equipo fabricante son dos instancias diferentes en dos contextos geográficos distintos.

Las estrategias de financiamiento de ambos proyectos son distintas, pero coinciden en la dificultad de presentar sus ideas en circuitos tradicionales de financiamiento académico. Gorgas fue financiado con un fondo semilla destinado principalmente a estudiantes, con bajas expectativas. Open Flexure cuenta con un financiamiento mucho mayor pero proveniente fuera de la universidad, de una especie de fondo de “extensión” para colaboraciones del Reino Unido con países en desarrollo.

8.2.2 Modos de la participación y diversidad

En ambos casos el rasgo más relevante es la incorporación de nuevos actores en el proceso de producción de conocimiento, a cargo de la producción de los dispositivos. En el caso de Open Flexure, el trabajo directo con el makerspace y en el caso de Gorgas, los ingenieros y técnicos internos de la universidad pero parte de otro laboratorio.

Ambos equipos están constituidos por investigadores muy jóvenes, en sus primeros años de carrera académica. La participación les permite en ambos casos ganar visibilidad en sus propios espacios de trabajo. El investigador principal que desarrolló Open Flexure, a partir del proyecto se independizó de Cambridge fundando su propio laboratorio en la Universidad de Bath. Para los investigadores que co-dirigieron Gorgas, el proyecto culminó en la posibilidad de contar con un espacio propio en la universidad, el Laboratorio de Innovación en Salud.

En ambos casos la modalidad de la participación implica una división de tareas con instancias de interdisciplinariedad. La naturaleza del trabajo a realizar implica que los equipos estén conformados por una multiplicidad de especialistas en diferentes disciplinas. Open Flexure cuenta con físicos, programadores, ingenieros, biólogos y técnicos de laboratorio. En el caso de Gorgas, el equipo estuvo constituido por un epidemiólogo, un ingeniero electrónico, un ingeniero ambiental, especialistas en biodiseño. Las usuarias también se insertan en esta configuración desde su rol, y aunque las instancias de interacción son mucho más numerosas que en un proceso convencional, no existe fluidez entre estos roles. Sin embargo, las usuarias tienen una gran influencia en el diseño de los artefactos a partir de las instancias de prueba y sugerencias a los desarrolladores. El poder de las usuarias es evidente a partir de que los desarrolladores y fabricantes pretenden producir artefactos que sean adoptados y por ende útiles.

Ninguno de los casos incorporó estrategias dedicadas a la inclusión de mujeres o género no binario en los proyectos, más allá de adherir nominalmente a las estrategias del movimiento global en ese sentido. Las mujeres ocupan roles de usuarias ya sea intermedias, como promotoras de salud en Gorgas, o finales, como vecinas de la comunidad indígena o las técnicas de laboratorio en Tanzania utilizando microscopios.

8.2.3 Trabajos de domesticación

Los proyectos presentan un gran nivel de desarrollo propio, adaptando pruebas de concepto para sus propios usos. En el caso de Gorgas ese proyecto inspirador es el rePhone, en el caso de Open Flexure en Tanzania, es el microscopio original desarrollado por el equipo en Bath. Existe una intención clara de no “reinventar la rueda”: ambos reutilizan los desarrollos previos para otros usos, para otros públicos, y los reconfiguran en la nueva realidad y necesidades del contexto local.

Los trabajos de fabricación se desarrollan, en ambos casos, bajo el precepto de máxima adaptación al contexto, basados en la metodología iterativa de trabajo, la modularidad en el diseño y la concepción siempre en base a la usuaria. En términos de adaptaciones, las listas de materiales son las que más reflejan los cambios, debiendo ser fácilmente conseguibles, teniendo que poder resistir las condiciones de temperatura y humedad elevadas. Las interfaces son otro de los grandes elementos de la adaptación, ya que las usuarias tienen que poder utilizar los dispositivos fácilmente.

En ambos proyectos, como criterio de diseño, el equipo que fabrica el dispositivo tiene que ser capaz de repararlo. En el caso de Gorgas, el equipo que desarrolla y fabrica es el mismo. En Open Flexure, al haberse iniciado el proyecto en el equipo inglés este proceso implicó una instancia de capacitación del makerspace en Tanzania por parte de los ingleses, a fin de que se convirtiera en co-desarrollador. Este proceso de co-desarrollo a través de visitas extendidas entre ambos equipos implicó no sólo la adquisición de conocimientos técnicos sino también incorporar el punto de vista local al proyecto, evaluando qué es posible y qué no en contexto.

Ya sea hacia dentro del equipo de Gorgas o entre los dos equipos en Inglaterra y Tanzania, el trabajo interdisciplinario resultó imprescindible para alcanzar los objetivos técnicos. Los dos casos sin embargo lo atravesaron de forma diferente. En Gorgas, al poder habitar un mismo espacio en la universidad lograron desarrollar más rápidamente un lenguaje común y una empatía que facilitaron la colaboración. En Open Flexure, además de las diferentes disciplinas hubo un componente cultural que separaba a los dos equipos. En este caso las visitas largas permitieron que ambos tuvieran acceso al contexto de cada uno, generando el lenguaje en común para colaborar.

Finalmente, en ambos proyectos el rol de las usuarias es muy activo, moldeando con sus requerimientos las funcionalidades de los dispositivos. Tanto los técnicos de laboratorio en el Ifakara Health Institute (Tanzania) como los promotores en salud y vecinos de las comunidades (Perú) tuvieron la oportunidad de probar los dispositivos antes de la implementación. Dadas las características del caso peruano, las comunidades indígenas tenían un grado de libertad menor como usuarias, en su rol de sujetos de la investigación médica.

En ambos casos la construcción modular de los artefactos permitió que los resultados de las iteraciones puedan ser fácilmente incorporados por los equipos. En el caso de de Gorgas las modificaciones permitieron que el dispositivo “sobreviva” a la selva amazónica y sea utilizado por los vecinos durante todo el período del estudio. En el caso de Open Flexure, las sugerencias de usabilidad hicieron que muchos más técnicos pudieran utilizar el microscopio.

8.2.4 Construcción de capacidades

Las capacidades esperadas por ambos equipos desarrolladores giran en torno a la posibilidad de contar con equipos construidos y reparables localmente, el poder generar un impacto en términos de proveer soluciones a problemáticas locales, y poder formar recursos humanos locales en el proceso.

En términos de capacidades logradas ambos equipos desarrollaron microscopios y trackers altamente adaptados al contexto local y que han sido reparados tanto por el makerspace en Tanzania como por el equipo del Laboratorio de Innovación en Salud en Perú. Para lograrlo los equipos tuvieron que adquirir la capacidad de desarrollar artefactos altamente adaptables al contexto, poder conseguir insumos y materiales localmente y capacitarse en técnicas de fabricación digital, programación básica y cuestiones específicas como geolocalización u óptica.

La capacidad de generar impacto se logró en ambos casos por caminos diferentes. En el caso de Gorgas la conexión de uno de los mentores de la universidad con el Plan Malaria Cero permitió que los resultados del equipo y la propuesta de la herramienta llegue a la esfera del ministerio de salud peruano. A partir de esta visibilidad se fundó el laboratorio de innovación en salud, y se logró incorporar la movilidad humana como uno de los ejes en el Plan. En cuanto a Open Flexure, la participación de Cambridge y Bath otorga visibilidad al proyecto localmente, facilitando la alianza estratégica con el Ifakara Health Institute para desarrollar la prueba piloto. La reputación en investigación clínica del IHI y sus conexiones con la política local le permiten al proyecto ganar visibilidad que utiliza, por ejemplo, para avanzar con los trámites burocráticos necesarios para proveer de microscopios a las escuelas.

Aunque no se mencionó entre las capacidades esperadas, una de las capacidades logradas fundamentales es la de trabajar en equipos interdisciplinarios y con diferencias culturales marcadas, en pos de un objetivo común. En ambos casos los participantes mencionan que esta fue la tarea más compleja y que más tiempo tomó, pero la que permite que finalmente el objetivo haya podido ser alcanzado.

En términos de sostenibilidad de las iniciativas, en el caso de Open Flexure siempre fue un objetivo que el makerspace desarrolle un modelo de negocio a partir de la comercialización de los microscopios. Aunque algunos fueron vendidos ya a universidades locales, se espera que el modelo escale a partir de la autorización del gobierno para proveer a las escuelas. Por otro lado, a fin de proveer a los institutos de investigación en salud es necesario realizar una certificación técnica en la que el equipo se encuentra trabajando actualmente. En el caso del equipo peruano, la sostenibilidad en el tiempo del proyecto aumentó al crearse el Laboratorio de Investigación en Salud, que tiene la posibilidad de aplicar a fondos tanto de investigación como de innovación. Por otro lado el equipo avanza en discusiones con el Ministerio de Salud que pueden decantar en la compra de equipos, y en otras ramas del proyecto que se pueden monetizar, como iniciativas de ciencia ciudadana.

Finalmente una de las principales capacidades alcanzadas pero no contempladas inicialmente es la de poder idear y realizar pruebas piloto de nuevos proyectos a partir del trabajo realizado. En Open Flexure, el trabajo con malaria derivó en un nuevo proyecto de automatización del diagnóstico, que incluye un componente de machine learning y otro sugerido por los técnicos para automatizar el preparado de las muestras. En Gorgas, estudiantes que colaboraron con el proyecto ya desarrollaron nuevos prototipos con funcionalidades diferentes que evalúan condiciones ambientales para estudiar, por ejemplo las condiciones de desarrollo de los mosquitos.

8.2.5 Barreras

Las barreras a la participación y el desarrollo de capacidades pueden categorizarse en dos grandes grupos: obstáculos de tipo técnico y de orden institucional. En cuanto a las barreras técnicas, los problemas se encontraron principalmente en el proyecto Open Flexure, dada la característica de codiseño del mismo. El trabajo conjunto entre quienes desarrollaron el concepto en Inglaterra y quienes implementaron la fabricación en Tanzania requirió del uso de herramientas virtuales diversas para documentar el trabajo. Por un lado software de diseño, programación del microscopio, manejo de las sucesivas versiones y mejoras. Para el makerspace esto fue una barrera importante: por un lado, la necesidad de aprender a usar herramientas que fueron diseñadas con interfaces poco amigables para personas sin formación o experiencia en programación. Por otro lado, cuestiones de infraestructura: el acceso a internet es limitado e irregular en Tanzania, la disponibilidad de computadoras también. Finalmente, factores personales, ya que la apertura de estas herramientas implican que si se comete un error, el registro queda disponible públicamente. Las diferencias entre los equipos hacen que hoy en día el makerspace pueda modificar muchos aspectos del microscopio, pero no el diseño base, que se realizó utilizando un software sin interfaz gráfica.

Otro de las barreras que enfrentaron ambos casos pero de forma diferente es el aseguramiento de la calidad de los dispositivos fabricados. En el caso de Gorgas, sabiendo de antemano que gran proporción de los componentes electrónicos podía fallar, el equipo compró materiales para realizar muchos más dispositivos que lo planificado. De esta forma se aseguraron contar siempre con un stock en funcionamiento. Además definieron una “cadena de producción” interna que les permitió fabricar todos los dispositivos de la forma más estandarizada posible, proveyendo a los agentes de salud de recambios si era necesario durante la prueba piloto. En cuanto a Open Flexure, el equipo en Inglaterra desarrolló pruebas específicas de calidad del microscopio que se realizaron en Tanzania, y recientemente el makerspace está implementando sus propias pruebas.

En términos de barreras institucionales, Gorgas fue quien tuvo que implementar más estrategias que permitieran “vender” el proyecto dentro de la universidad. Los esquemas de apoyo a nuevos proyectos son muy tradicionales, teniendo que formularse siempre en términos de investigación académica. Sumado a la juventud del equipo, sólo el apoyo de uno de los mentores de la universidad permitió que se consiguiera el fondo inicial para poner el proyecto en marcha. Open Flexure en cambio enfrenta barreras institucionales diferentes, relacionadas a la presión de la universidad para que el equipo implemente el patentado de la invención. La falta de conocimiento de las oficinas de transferencia tecnológica en términos de licencias abiertas hace también que en ambos casos, el trabajo de desarrollo no se vea traducido en incentivos de carrera para los investigadores. Aunque ambos proyectos usan licencias abiertas, en Open Flexure, quizás por su grado de madurez, la cuestión se percibe como mucho más relevante para los investigadores que en el caso peruano.

8.3 Bloque comunitario

8.3.1 Contextos de las actividades

Las motivaciones detrás de ambos casos comunitarios, Vuela y Kossamtor, son similares: hacer que un grupo de personas que no son usuarias de cierta tecnología pueda aprovecharla para su propio beneficio. A través de estrategias de “traducción” y facilitación, se espera que estas no usuarias se vuelvan usuarias y en el caso de Vuela desarrolladoras, utilizando el artefacto en cuestión para un fin que les sea relevante.

Ambos proyectos relacionan sus actividades a temáticas de desarrollo e inclusión, trabajando con grupos sociales vulnerables. Por un lado Vuela, con la comunidad de Melipilla y su necesidad de denunciar con datos la actividad de una cantera que la municipalidad prometió desactivar. Por el otro Kossamtor, con las mujeres rurales sin posibilidad de acceder a fuentes de ingresos y sufriendo problemas de seguridad alimentaria. El fin en sí mismo no es la producción de conocimiento científico o de tecnología, en ninguno de los casos. Por el contrario, el fin es solucionar un problema a través de un producto (KossamTor) o un proceso (Vuela) utilizando un diseño abierto.

En KossamTor la apertura fue útil para encontrar un diseño para adaptar, pero no tiene relevancia en el trabajo diario de otra forma. En el caso de Vuela, la apertura además brinda legitimidad al proyecto. El hecho de saber que nadie puede apropiarse del trabajo realizado mitiga la desconfianza que una comunidad puede tener en el contexto de trabajo voluntario.

En ambos casos las actividades de los proyectos se iniciaron a partir de adaptar un diseño existente ya probado según criterios de costo, disponibilidad de documentación accesible para no expertos y disponibilidad de materiales locales para construir el artefacto. Estos factores priman incluso si el diseño no responde en términos de funcionalidad en un cien porciento a las necesidades propias. Una vez seleccionado el diseño, ambos proyectos intentaron replicarlo localmente, y una vez lograda la réplica, comenzaron a adaptarlo para el uso de interés, generando un nuevo diseño.

En cuanto a estrategias de financiamiento, ambos proyectos oscilan entre la actividad comunitaria, no remunerada, y la actividad académica, que sí lo es, como una forma de generar recursos. Sin embargo el tema se trata de forma diferente en ambos casos. En KosamTor, la sustentabilidad a partir de la comercialización de las incubadoras fue la intención desde un principio, y permite sostener las actividades comunitarias. Para Vuela este fue un obstáculo mayor ya que no comercializan el producto, lo que hizo que el principal trabajo realizado desde la comunidad, la facilitación de los talleres, no tuviera continuidad.

8.3.2 Modos de la participación y diversidad

En ambos casos se puede observar un patrón de participación donde desde un principio se diferencia un círculo de organizadores/iniciadores del proyecto y colaboradores cercanos y un grupo más amplio de participantes en calidad de usuarias. En el caso del proyecto Vuela algunas de las usuarias del círculo más amplio terminaron convirtiéndose en colaboradoras del círculo organizador.

La característica principal del grupo de organizadores es que está constituido por personas que pueden ocupar un rol híbrido entre academia y comunidad, es decir que manejan ambos lenguajes. Estas personas cuentan con algún tipo de formación académica o contacto con la academia que les facilita el acceso a la información y a la comprensión tanto del problema a solucionar como de las posibles soluciones. Por otro lado, cuentan con acceso a la comunidad y están al tanto de las problemáticas, pudiendo realizar la función de traducción.

En cuanto al círculo más amplio de usuarias en la comunidad, se trata de un grupo heterogéneo en cuanto a formación. En ambos proyectos está constituido por personas en situación de vulnerabilidad económica, ya sea por su estatus de migrante (Vuela) o por sistemas patriarcales de opresión y condiciones de pobreza estructural (Kossamtor). Se trata en ambos casos de personas no incluidas en la concepción original de “usuaria” de los drones o de las incubadoras. En Vuela además el grupo más amplio de usuarias se divide en dos momentos: uno en un contexto comunitario y otro en un contexto académico.

En ambos casos el rol de las mujeres es instrumental en la construcción de la utilidad social de los proyectos; en el caso de Vuela tomando un rol claro en la definición del problema de la cantera desde la comunidad de vecinos; en el caso de KossamTor desde la reorientación del uso de la incubadora para producir kossam con las mujeres de la comunidad. En el caso de KossamTor sin embargo se observa que la división de tareas en la fabricación sigue un patrón de género, siendo las tareas técnicas desarrolladas únicamente por hombres.

En ambos casos el rol de los espacios resultó fundamental en la determinación de quiénes llegaron a participar de la iniciativa. En el caso de Vuela se observa que espacios no institucionales brindan una diversidad mayor de expertise no formal al proyecto; en el caso de KossamTor estar en la zona donde vive la comunidad vulnerable le permite acceder a instancias de intercambio. En ambos casos, “salir” a la comunidad desde espacios con redes territoriales desarrolladas, no contemplados inicialmente como sitios de producción de ciencia y tecnología, favorece a la diversidad de la participación.

El uso del espacio online fue diferencial en ambos casos. La colaboración en este punto fue significativa para el proyecto Vuela, incorporando colaboraciones de expertos, en particular a medida que el diseño aumentaba en complejidad. En el caso de Kossamtor la colaboración online no fue significativa, aunque sí hubo colaboraciones con otros espacios en la misma ciudad que suplieron la falta de programadores en el MboaLab.

8.3.3 Trabajos de domesticación

En ambos casos el grupo organizador comenzó por seleccionar un diseño plausible de ser fabricado en el contexto, e intentó replicarlo. En el caso de Kossamtor, el proceso completo de prototipado y fabricación está circunscrito al grupo organizador. En el caso de Vuela estas etapas se realizan en conjunto con el resto de la comunidad.

Esta diferencia hace que el proceso de facilitación sea diferente en los dos casos. Por un lado Kossamtor facilita el proceso de que las mujeres rurales, que son usuarias excluidas de la incubadora, puedan comenzar a utilizarla para producir kossam. Para ello realiza talleres que tienen el objetivo de facilitar la adopción de la herramienta, a través de videos, demostraciones en vivo y actividades abiertas a la comunidad.

Por el otro lado, la intención de Vuela es que la comunidad más amplia se convierta en algo más que una usuaria: que pueda además formar parte del grupo organizador que puede replicar y modificar la herramienta. En este caso la estrategia de facilitación conlleva más trabajo, ya que en primer lugar el equipo organizador aprende a fabricar el drone, elabora videos, documenta los procesos y luego realiza talleres con la comunidad donde todos construyen el drone. Además, el grupo organizador activamente desarrolla estrategias para que la comunidad acceda más fácilmente al proceso de fabricación. Esta diferencia de estrategia hace que los proyectos sean más largos, pero que algunos de las usuarias de la comunidad se involucren más y se conviertan en usuarias/colaboradoras, como el caso de LouLou, que comenzó él mismo a facilitar el proceso de sus compañeros.

En términos de construcción de ambos artefactos, los procesos se basan en el principio de modularidad que siguen los diseños: cada función está asociada a un módulo en el diseño, por lo tanto pueden aislarse y trabajarse por separado. Esto hace que sea más sencillo modificar, agregar o eliminar funcionalidades tanto del drone como de la incubadora.

En ambos casos también el aprendizaje se da por procesos iterativos de prueba y error. Las herramientas de prototipado rápido permiten que las pruebas tanto en el drone como en la incubadora se realicen de forma iterativa, solamente soldando una vez que se alcanza el diseño definitivo. Este nivel de iteración permitió a ambos equipos adaptar los artefactos a las necesidades propias de cada contexto: al drone mejorar su precisión y usabilidad, a la incubadora agregar un controlador de pH.

En términos de complejidad, similar a la mayoría de los proyectos de hardware abierto, tanto Vuela como Kossamtor demandan que los participantes manejen conceptos básicos de electrónica, programación y fabricación digital. Cada caso además exige conocimientos particulares: poder trabajar e interpretar imágenes aéreas en el caso del drone, y conocer el proceso de fermentación láctica en el caso del kossam. Necesariamente ambos casos trabajan con equipos organizadores interdisciplinarios, que cuentan con colaboradores que aportan expertise desde el punto de vista electrónico o de ingeniería, de programación, criterio científico que permite evaluar la calidad de los datos o de los productos obtenidos y principalmente, facilitación.

8.3.4 Construcción de capacidades

Las capacidades esperadas en ambos casos incluyeron el poder utilizar artefactos tecnológicos para fines propios, diferentes a los inicialmente definidos por los diseñadores y el lograr la suficiente autonomía necesaria para modificar y reparar los equipos localmente. Para lograr estas capacidades, ambos casos plantean relevante el poder trabajar de forma colaborativa e interdisciplinaria.

En el caso de Kossamtor, una de las diferencias en capacidades esperadas es que desde un inicio el proyecto planteó la necesidad de poder sostener económicamente la iniciativa a largo plazo. Vuela en cambio no planteó como capacidad la sostenibilidad económica, utilizando la estrategia de hablar a públicos amplios interesados en la producción de conocimiento, que le permitió conseguir un subsidio plenamente académico por parte del PROCISUR.

El grado de alcance de estas capacidades es diferente de acuerdo al grupo de participantes que se observe. En términos de grupo organizador, la metodología iterativa de desarrollo implementada tanto en Vuela como en Kossmator permitió crear nuevos artefactos, adaptados a las necesidades y el contexto de ambos proyectos. Ambos equipos adquirieron habilidades técnicas que les permiten asegurar el mantenimiento y reparación tanto de las incubadoras como de los drones de forma autónoma y local. Además de las habilidades técnicas, ambos grupos organizadores lograron trabajar de forma colaborativa en equipos interdisciplinarios, y en el caso de Vuela, muy heterogéneos.

En cuanto a problematización, en ambos casos los grupos organizadores y el grupo de usuarias académicas de Vuela ya contaban con la capacidad de formular problemas y estrategias de producción de conocimiento científico. Sin embargo, uno de los objetivos de Vuela es alcanzar esta capacidad en la comunidad más amplia del proyecto. En el caso de Vuela, el largo proceso de aprendizaje y construcción de drones en conjunto con investigadores permitió que la comunidad problematice un aspecto de su realidad, una capacidad alcanzada incluso a pesar de las barreras del idioma.

8.3.5 Barreras

Aunque la cuestión de género es uno de los ejes principales de la estrategia del movimiento global GOSH, en ambos casos la proporción de participantes mujeres y género no conforme no es equilibrada, de formas diferentes. Ambos grupos organizadores cuentan con mujeres, incluyendo el liderazgo del proyecto en el caso de Vuela. Sin embargo la participación de ellas en etapas de prototipado y desarrollo es menor que cuando se la compara con sus compañeros varones. En Kossamtor, las etapas de construcción de la incubadora fueron prácticamente llevadas a cabo por los varones ingenieros del equipo. La etapa del desarrollo del proyecto en sí, que requirió de conocimientos en microbiología, estuvo liderada por mujeres.

Para entender el no uso del artefacto en el contexto de Vuela en Melipilla, algunas de las barreras principales que se observan son el idioma, el trabajo voluntario, la falta de infraestructura y la motivación difusa. La barrera del idioma pudo sortearse a la hora de construir el artefacto, pero impidió discusiones de mayor profundidad que hubieran permitido trabajar mejor la motivación del grupo. El carácter voluntario de los talleres de Vuela, resultó en que sólo los miembros más entusiastas de la comunidad pudieran participar de forma sostenida, a diferencia de las usuarias académicas. Sumado a esto la falta de infraestructura, como ser buena conexión a internet, disponibilidad de herramientas, disponibilidad de computadoras, la participación continuada de miembros de la comunidad se vio muy dificultada. Algo similar ocurre con KossamTor y las usuarias de las incubadoras, dado el bajo grado de alfabetización y que no hablan el idioma que se maneja en la comunidad, además de los cortes de luz frecuentes y algunos problemas de diseño del artefacto que impiden su uso extendido.

Una de las diferencias entre ambos casos es la disponibilidad de espacios propios. Mboalab posee su propio centro donde se cuenta con computadoras, herramientas de fabricación digital y espacios de reunión. Vuela, en cambio, realizó los talleres de forma itinerante entre diferentes espacios comunitarios. En algunos casos, estos espacios imponían sus propias reglas que limitaban la participación de algunos grupos.

Las herramientas que se utilizan para documentar el trabajo de prototipado y desarrollo constituyen una barrera en sí mismas, tanto para el equipo organizador como para la comunidad más amplia en el caso de Vuela. En este último, la complejidad del artefacto a desarrollar también constituye una barrera a la participación sostenida, que sin embargo el equipo organizador pudo sortear a través de estrategias de inclusión y facilitación.

8.4 Análisis comparativo

8.4.1 Contexto de las actividades

Los casos descritos tanto en el bloque académico como en el bloque comunitario llevan adelante sus actividades en distintos países del sur global: Perú (Gorgas), Tanzania (Open Flexure), Chile y Argentina (Vuela), Camerún (Kossamtor). En este sentido, la problematización que da origen a los proyectos presenta puntos en común: costos prohibitivos para la adquisición y reparación de herramientas científicas, diseños no adaptados a la realidad local, dependencia de los centros productores en Europa o Estados Unidos.

Derivado de este punto, otra problematización común a todos los casos es la desconexión entre la producción de conocimiento científico y las problemáticas locales. En los casos académicos este aspecto aparece como ineficiencia en la producción de conocimiento: los temas están en agenda, ya sea el control de malaria en el caso de Gorgas, o el diagnóstico de la misma enfermedad, en el caso de Open Flexure. Pero la falta de equipos adaptados a los contextos locales hace que no se puedan investigar de forma adecuada. Los casos comunitarios en cambio problematizan situaciones que viven actores que se encuentran por fuera de la agenda científica oficial. Tanto en Vuela como Kossamtor, son problemáticas ligadas al desarrollo, que podrían trabajarse a partir de la producción de ciencia y tecnología aplicadas.

Frente a estas variantes en la problematización, los proyectos proponen diferentes visiones de futuro. El punto en común de todas las propuestas es reconectar la producción de conocimiento científico-tecnológico con problemáticas locales, por lo que todos los casos se plantean con un impacto directo en la comunidad. El concepto clave para instrumentar el impacto es alcanzar la autonomía: poder producir, adaptar y reparar localmente las herramientas científicas. Los casos académicos plantean una vía de impacto ligada a lo institucional: realizar pruebas piloto en centros de investigación prestigiosos (Open Flexure), influir en políticas del ministerio de salud (Gorgas tracker). Los casos comunitarios conciben el impacto de forma más independiente, a través de las mismas comunidades produciendo datos que puedan visibilizar la problemática (Vuela), o fabricando incubadoras para generar ingresos (Kossamtor).

En términos de innovación, todos los casos comparten la característica de ser más accesibles a las usuarias locales que las versiones disponibles comercialmente. Sin embargo, en el caso del bloque académico además de ser accesibles se desarrollan funcionalidades nuevas que no están disponibles en el mercado, como por ejemplo el tracker/reportero implementado por el equipo peruano. El desarrollo sigue etapas similares en todos los casos, comenzando con la realización de un prototipo, siguiendo con la adaptación iterativa del modelo y luego implementando esta primera versión “definitiva” con mejoras incrementales a lo largo del tiempo. Una de las diferencias entre casos académicos y comunitarios es que tanto Vuela como Kossamtor partieron de diseños ya probados y que funcionan, por lo que la primera etapa de prototipado es una replicación. En los casos académicos el prototipado se realizó ya sea desde cero (Open Flexure) o a partir de “principios activos” como en el caso de Gorgas y el rePhone.

La implementación de las etapas es diferente entre casos académicos, donde se realiza una prueba de concepto, y casos comunitarios, donde directamente se comienza a utilizar el artefacto y se va modificando sobre la marcha en caso de necesitarlo. Para poder desarrollar estas primeras etapas de producción, las iniciativas académicas y comunitarias se financian de forma diferente. En el caso académico la naturaleza de los proyectos no les permite acceder a subsidios convencionales de investigación. Esto se ve en que tanto Gorgas como Open Flexure están financiados por fondos no “tradicionales”: una competencia de fondos semilla en la universidad peruana y un fondo de cooperación entre el Reino Unido y países en desarrollo, respectivamente. Los proyectos comunitarios se financiaron principalmente mediante subsidios a proyectos de innovación, que permitieron comprar materiales en ambos casos pero no financiar horas de trabajo.

La cuestión de la sostenibilidad económica de los proyectos es variada. Una de las vías para sostener las iniciativas es vender los equipos producidos y ofrecer el servicio de soporte técnico. En dos de los proyectos, Open Flexure y Kossamtor, este era un objetivo inicial. En ambos casos se cuenta con espacios propios (makerspaces) con la infraestructura necesaria para dichas actividades. En el caso de Gorgas, a partir del proyecto se creó el Laboratorio de Innovación en Salud, que permite atraer subsidios no sólo académicos sino también de innovación. Adicionalmente, el equipo espera poder proveer servicios al ministerio de salud en torno al Plan Malaria Cero, y explora alternativas de proyectos derivados de Gorgas que puedan ser monetizables. Uno de esos ejemplos incluye el agregado de monitoreo ambiental a Gorgas y su utilización en proyectos de ciencia ciudadana. Siguiendo con este rol híbrido académico/innovación de Gorgas, Vuela actualmente financia sus talleres a través de proyectos académicos, que permiten expandir las actividades a siete países de latinoamérica. Estos fondos sin embargo no cubren actividades comunitarias.

Figura síntesis: Contextos (click para ampliar)

8.4.2 Modos de la participación y diversidad

Una distinción importante respecto de los análisis de participación en la producción de conocimiento es que la propuesta de GOSH no implica que nuevos actores participen de forma “convencional” sino que se refiere a un proceso anterior. Se trata tanto de comprender quiénes participan en el proceso de diseño como de quienes utilizan esas herramientas para producir conocimiento u obtener beneficios derivados del uso de la tecnología. Es por esto que el análisis se centra en la participación a través de diferentes etapas: ideación, prototipado, testeo y producción; y la participación en el uso de la herramienta, producción de datos y producción de conocimiento a partir de este uso.

Otra de los puntos relevantes es que en los análisis de participación en ciencia suele hacerse la distinción entre actores académicos, quienes poseen el dominio de la producción de conocimiento, y no académicos: comunidades, legos, sociedad, quienes “intentan participar”. En el caso de GOSH la división es diferente. La producción de herramientas científicas está centralizada en industrias especializadas en el norte global, y su acceso está bloqueado por patentes. Como muestra la discusión sobre el movimiento global, el argumento de la de infraestructura apela a públicos amplios. Los excluidos ya no son sólo los “no académicos”: también son aquellos académicos que intentan modificar sus herramientas de trabajo sin éxito, y aquellos académicos en contextos de escasa inversión en CyT que no pueden acceder a las herramientas para hacer ciencia. Por fuera de la academia, se trata de comunidades que pretenden producir conocimiento para sus propios fines o beneficiarse de los usos de nuevas tecnologías. La distinción de proyectos en bloques académicos y comunitarios responde a esta necesidad de observar cómo la apertura de las herramientas científicas opera de forma diferente en la participación según estos contextos diferentes. En todos los proyectos se logran incorporar nuevos actores en distintas etapas del diseño, pero no todos incorporan nuevos actores al uso de la herramienta. El análisis de la participación a través de las etapas permite observar que todos los proyectos atraviesan etapas de ideación, prototipado iterativo, elección del diseño definitivo, producción y luego uso.

En el bloque académico, la inclusión de nuevos actores responde a lógicas de producción de conocimiento convencionales en las cuales los nuevos participantes proveen el servicio de fabricación. La base de participantes aumenta y se diversifica reemplazando proveedores externos por actores locales, guiada por principios de eficiencia (menores costos, mayor replicación o número de muestras), autonomía (reparabilidad, accesibilidad), capacidad de prueba de nuevas hipótesis (personalización del diseño). En esta división de tareas, el rol de las usuarias/investigadoras es activo, involucrándose en etapas de diseño y fabricación que antes les resultaban ajenas. El desarrollo de herramientas implica un nuevo proceso de producción de conocimiento en sí mismo; en los casos académicos la apertura de este proceso a nuevos participantes resulta en desarrollos paralelos. Una de las diferencias principales entre estos casos surge de la maduración diferencial de ambos proyectos. Gorgas tracker, en su primer piloto, realiza toda su producción dentro de la Universidad; Open Flexure, ya más avanzado, terceriza la producción de los artefactos en actores extra académicos, como el makerspace STICLab. Estos nuevos proveedores de servicios participan en la ideación, prototipado, prueba y fabricación, pero no necesariamente en el uso y la producción de conocimiento derivada del mismo. Sin embargo, a partir de la participación en la fabricación, STIClab comenzó con la producción paralela de microscopios educativos. En el caso de Gorgas, estudiantes que colaboraron en la producción crearon “forks” que utilizaron en sus propios proyectos. El perfil de los “fabricantes” y de los “usuarias/investigadoras” es similar: se trata de profesionales jóvenes, hombres, con formación de ingeniería en el primer caso y científica en el segundo, en contextos de recursos limitados para desarrollar sus tareas. En el caso de los desarrolladores originales, aplicable al equipo inglés de Open Flexure, presentan todos este mismo perfil pero dentro de una universidad con alto presupuesto y sin mayores limitaciones económicas.

La lógica de los proyectos comunitarios está orientada a bajar las barreras de participación lo más posible, para que personas dentro de los grupos más excluidos puedan tanto construir como utilizar los artefactos. En particular en los proyectos estudiados se observa cómo el perfil de las usuarias/fabricantes abarca grupos notoriamente excluidos de la producción de ciencia y tecnología. Tanto Vuela como Kossamtor trabajan con poblaciones muy vulnerables en términos sociales (migrantes, mujeres rurales), de género, económicos. Un aspecto interesante es que en los casos comunitarios, el proceso de ideación estuvo dominado por mujeres, ausentes en todas las otras etapas de diseño. En el caso de Vuela, la idea de conectar desigualdades en el territorio con desigualdades en lo digital surgió de la experiencia previa de la organizadora con la comunidad de Melipilla. En el caso de Kossamtor, las micro biólogas del MboaLab sugirieron utilizar la nueva incubadora para producir kossam de forma más rápida que la manera tradicional, e incorporar su uso en la comunidad rural de mujeres.

Figura síntesis: Modos de participación y diversidad (click para ampliar)

8.4.3 Trabajos de domesticación

Las estrategias de cada caso para llevar a cabo los proyectos fueron diferentes pero presentan algunos patrones. En todos los casos algunos participantes, donde se incluyen los iniciadores del proyecto y colaboradores más cercanos, lideran el prototipado y desarrollo, mientras que un círculo más amplio de participantes se involucra como usuaria o replicador de dispositivos. En algunos casos esta división es más clara: Gorgas por ejemplo cuenta con un equipo claramente delimitado de desarrolladores (el equipo investigador) y un círculo más amplio de usuarias, tanto vecinos de la comunidad como agentes promotores de salud, que prueban el dispositivo y sugieren cambios. Kossamtor fue desarrollado por un grupo de colaboradores del MboaLab quienes luego enseñan a las usuarias a construir y utilizar la incubadora.

En otros casos esa división no es tan clara, dándose origen a procesos de co-desarrollo altamente facilitados. En este sentido Open Flexure es un caso donde esto se observa claramente, ya que el equipo original de desarrollo y el de fabricación constituyen dos grupos separados geográficamente. Sin embargo, a partir del proceso de intercambios y estancias prolongadas entre los equipos, los integrantes del makerspace no sólo se volvieron fabricantes de los microscopios; también son co-desarrolladores. Son ellos quienes reciben las impresiones de las usuarias en el Ifakara Health Institute e implementan las mejoras necesarias, en colaboración con el grupo en Bath. En cuanto a Vuela, el equipo organizador trabaja a la par de los participantes de los talleres, aprendiendo sobre la marcha qué cosas funcionan y qué cosas no. Esto demanda un esfuerzo muy significativo de facilitación, especialmente cuando existe una amplia diferencia de conocimientos técnicos entre los participantes.

Esta diferencia en metodologías se puede observar en la documentación online del proyecto y cómo difiere en ambos casos. Open Flexure y Vuela documentan a medida que hacen, Gorgas y Kossamtor documentaron el proceso hacia el final, cuando el diseño estaba definido. Además, en el primer caso se incluye la documentación de las decisiones que llevaron a elegir una opción o la otra; Kossamtor lo hace pero de forma incompleta. La documentación es mencionada en todos los casos como una de las tareas que más esfuerzo demanda a los participantes, no sólo por el tiempo sino por la falta de herramientas adecuadas para hacerlo. No todos los participantes están en condiciones de utilizar las herramientas “estándar” de documentación de hardware abierto, lo que demanda aún más facilitación por parte de los organizadores.

En cuanto a las habilidades técnicas requeridas para desarrollar los proyectos, algunas son comunes a todos los casos: poder manejar una computadora, saber buscar información en foros y poder leer hojas de datos de componentes, entender lo que otros hicieron, poder instalar software. En todos los casos es necesario que alguien cuente con manejo básico de electrónica y programación. La fabricación digital también está presente en todos los casos, en dos opciones diferentes: impresión 3D o corte láser. Se utilizan tanto para fabricar las contenciones o cajas para los componentes electrónicos, como para obtener las estructuras que sostienen a los dispositivos. Otra habilidad relevante en todos los casos es la de manejar software de diseño y documentación de proyectos de hardware.

Más allá del set de habilidades para construir hardware abierto, las particularidades de cada caso hacen que los proyectos requieran de expertise científico particular: epidemiólogos, biólogos, microbiólogos, agrónomos. La participación de estos roles científicos híbridos es lo que diferencia a estos proyectos de iniciativas convencionales de desarrollo de tecnología. Estos investigadores funcionan como puente que permite sistematizar las experiencias en forma de conocimiento científico, y permiten guiar el diseño hacia parámetros de calidad necesarios para este fin.

En el caso de los proyectos que realizan más actividades de co-desarrollo, la habilidad de poder facilitar talleres con personas con diversos niveles de expertise y barreras de todo tipo resulta fundamental. En los casos comunitarios estas habilidades son inherentes a los organizadores, que cuentan por lo general con un capital en términos de confianza con la comunidad. En el caso de Vuela, una de las organizadoras se encontraba trabajando en Melipilla desde el 2016. En Kossamtor, la comunidad donde se hacen los talleres se encuentra alrededor del makerspace, por lo que los actores se conocen. En los casos académicos, una de habilidades no técnicas relevantes es la gestión de proyectos de innovación, que permite ordenar el trabajo y evaluar los avances de forma sistemática, y la capacidad de trabajar en equipos interdisciplinarios.

Siendo el set de habilidades necesarias tan diverso en todos los casos, los proyectos acuden a diversas estrategias para poder desarrollar sus actividades. En todos los casos el grupo más ligado al desarrollo es altamente interdisciplinario. En el caso de los que presentan co-desarrollo la formación de pares es una de las fuentes más relevantes de habilidades (todos hacen todo); en los casos donde hay grupos definidos se suele “ordenar” la participación por especialidad. La participación en foros virtuales y las colaboraciones específicas son estrategias que permiten sortear obstáculos técnicos específicos.

En todos los casos la metodología de trabajo estuvo guiada por las necesidades que plantean las usuarias, con el objetivo de desarrollar herramientas que puedan ser utilizadas en contexto. A fin de incorporar las opiniones de las usuarias en el diseño, en todos los proyectos se utilizó un concepto de trabajo modular. Esto implica que el dispositivo tiene varias partes que cumplen distintas funciones, que se combinan para servir al propósito general. Los módulos pueden ser retirados, reemplazados o actualizados sin afectar a otros componentes. El diseño modular combinado con una metodología de trabajo iterativa permite avanzar rápidamente en distintas versiones de prototipos para que las usuarias puedan probar. Al iterar el proceso de consulta-diseño-prueba en períodos cortos de tiempo el equipo aprende en cada ciclo, y se obtienen resultados más ajustados a las necesidades, ya que la validación no se realiza una vez cristalizado un diseño.

Las instancias de prueba con usuaria toman distintas formas de acuerdo a la aproximación más orientada a co-desarrollo o a un grupo desarrollador claramente definido. Siendo Vuela el caso más extremo de co-desarrollo, las pruebas se realizaban al mismo tiempo durante los talleres de fabricación. En todos los otros casos existieron instancias de prueba con las usuarias ya sea en talleres, sesiones a campo o visitas a lugares de trabajo.

En todos los casos la participación en los proyectos implicó aprendizajes significativos en términos de colaboración, apertura y trabajo interdisciplinario. Ensamblar conocimientos tan diversos en un mismo proyecto implicó que los participantes desarrollen un lenguaje común, que les permitió alcanzar el objetivo. El lenguaje común puede en algunos casos romper silos académicos o de disciplina, como en el caso de Gorgas o de Kossamtor, donde se comparten espacios de trabajo. Pero también puede funcionar como puente entre culturas, experiencias de vida y objetivos distintos, como en el caso de Vuela y Open Flexure.

En los casos comunitarios uno de los procesos más importantes fue la generación de confianza en los participantes para poder desarmar e intervenir artefactos tecnológicos sin miedo. La metodología iterativa, la valoración de la prueba y error son formas de trabajo que contribuyeron a fortalecer esa confianza en los colaboradores, siendo la formación de pares una de las estrategias fundamentales para los proyectos.

Figura síntesis: Trabajos de domesticación (click para ampliar)

8.4.4 Construcción de capacidades

En todos los casos, las capacidades esperadas incluyen aquellas derivadas de la idea de autonomía: poder diseñar las propias herramientas, que sean útiles en el contexto local. La mayoría de los casos refirieron específicamente a la reparabilidad de los equipos como una capacidad que era esperable alcanzar. Tanto Open Flexure como Kossamtor sumaron la capacidad de generar un modelo de negocio para los makerspaces involucrados en el proyecto.

En ambos casos académicos se mencionó la capacidad de construir no sólo herramientas que funcionen sino que cumplan con ciertos estándares de calidad. Esta capacidad es particularmente importante para Open Flexure, dado que el caso de uso se basa en diagnósticos de malaria. Para Gorgas, una de las capacidades esperadas adicionales fue la posibilidad de que el proyecto sirviera como instancia de formación de estudiantes e investigadores de la misma universidad.

Los casos comunitarios sumaron capacidades diferentes, relacionadas a la inclusión de grupos minoritarios o excluidos en la producción de ciencia y tecnología. Para Vuela una de las capacidades esperadas era que los participantes pudieran adquirir nuevos conocimientos y habilidades técnicas, lo que explica la importancia del proceso de facilitación y formación entre pares, y que estas desaten procesos de problematización.

Otra capacidad esperada en Vuela que difiere del resto de los proyectos es que actores académicos puedan colaborar con actores comunitarios en la construcción de un dispositivo. En el resto de los casos el aprendizaje y la colaboración se conceptualizan como necesarios en función del objetivo de fabricar una herramienta, pero no como objetivos.

De este set de expectativas, todos los proyectos pudieron alcanzar las capacidades relacionadas a la autonomía: en todos los casos se llegó a producir localmente una herramienta adaptada a las necesidades y el contexto, que puede ser utilizada y reparada por los participantes del proyecto. En todos los casos se realizaron modificaciones al diseño del cual se partió originalmente, tanto en términos de funcionalidad como de usabilidad.

En ambos casos académicos, además, los desarrollos lograron la calidad esperada, con un alto grado de adopción por parte de las usuarias y la publicación de resultados en revistas científicas internacionales con referato. En términos de impacto, Gorgas logró a partir de sus resultados crear el Laboratorio de Innovación en Salud, e influir en la política pública del ministerio de salud peruano. Open Flexure postuló y ganó un fondo de cooperación para desarrollar métodos de detección automática de malaria basados en su microscopio producido localmente.

Tanto Open Flexure como Kossamtor alcanzaron la capacidad de comercializar los equipos fabricados localmente. Open Flexure trabaja en la certificación de calidad del dispositivo y aguarda una pronta aprobación del gobierno de Tanzania para proveer de microscopios grado educativo a las escuelas de Dar es-Salam, mientras que Kossamtor ya proveyó de incubadoras a la Universidad Católica de Yaoundé y otros clientes particulares.

En los casos comunitarios, el desarrollo de talleres de Kossamtor logró que algunas mujeres produzcan kossam para consumo propio y comercialización. Vuela desarrolló un proceso largo de co-desarrollo con la comunidad de Melipilla que decantó en la formulación de una problemática local en términos de proyecto de investigación comunitario. Además, los vecinos que participaron de los talleres adquirieron las capacidades técnicas necesarias para fabricar, operar y reparar los drones a partir de instancias de autoformación entre pares.

Algunas de las capacidades alcanzadas no fueron contempladas inicialmente en los proyectos. En los casos académicos estas hacen referencia principalmente a la capacidad de gestionar proyectos de innovación y de trabajar de forma interdisciplinaria, aprendizajes que se implementan por ejemplo en el nuevo Laboratorio de Innovación en Salud. Otra capacidad mencionada en todos los casos fue la de crear nuevos proyectos y ponerlos a prueba a partir de estos desarrollos. Gorgas está desarrollando un monitor de calidad de aire a partir del prototipo, en Open Flexure los técnicos del IHI están ideando una forma de automatizar el preparado de muestras, algunos participantes de Vuela están automatizando un set herramientas para trabajo en electrónica, en Kossamtor las microbiólogas intentan agregar la función de monitoreo de pH en tiempo real.

Figura síntesis: Construcción de capacidades (click para ampliar)

8.4.5 Barreras comunes

Una de las limitaciones principales que aparece en todos los casos es la cuestión de género y minorías en términos de quiénes participan en los proyectos. En el bloque académico la presencia de mujeres es no significativa, en el bloque comunitario aparecen en el grupo organizador, en mayor proporción en Kossamtor que en Vuela. Sin embargo, salvo el caso de la iniciadora del proyecto en Vuela, las mujeres no se involucran en las etapas de prototipado y fabricación de los dispositivos. Sus roles están relacionados principalmente a la facilitación y la relación con la comunidad. Existe participación de minorías, como ser las comunidades indígenas en Perú o las mujeres rurales en Yaoundé, pero su rol está limitado a ser usuarias de los dispositivos.

Los procesos de facilitación y co-desarrollo hicieron que en Vuela algunos de los vecinos de Melipilla sobrepasaran el rol de usuarias para convertirse en desarrolladores, sin embargo éste fue un rol que no pudo sostenerse a lo largo del tiempo. Falta de infraestructura apropiada en términos de internet, comunicaciones pero también de espacios y motivaciones, obstaculizan que el trabajo de los vecinos siga adelante. Los organizadores atribuyen el no uso principalmente a un problema de motivación, y consideran que la problematización de la cantera no fue suficiente para organizar a la comunidad de forma tal de independizarse de la facilitación. La única forma de seguir adelante con el proyecto para el grupo organizador fue formar parte de un proyecto académico, que no financia talleres comunitarios.

Esta distinción tan clara entre contextos académicos y comunitarios en Vuela se vio reflejada también en una de las capacidades no logradas por el proyecto: la colaboración directa entre investigadores y vecinos. Más allá de que ambos grupos participaron del desarrollo del drone, lo hicieron por separado. El hecho de que los investigadores cuenten con su tiempo de participación remunerado hizo que ésta sea sostenida en el tiempo y muy activa. En cambio para los vecinos resultó muy complicado dedicar trabajo sostenido voluntario al proyecto. Los espacios diferenciados entre comunidad y academia sólo pudieron conectarse cuando los investigadores salieron al barrio.

Los problemas de infraestructura también están presentes en Kossamtor, ya que la comunidad donde habitan las mujeres sufre cortes de energía muy frecuentemente que impide hacer uso de los equipos. Una de las próximas iteraciones planificadas implica agrandar la incubadora, porque el tamaño actual impide producir una cantidad suficiente para la comercialización. Finalmente, estas limitaciones hacen que las mujeres que actualmente utilizan la incubadora lo hagan en el makerspace y de forma limitada.

En ambos casos comunitarios las barreras del idioma presentaron un obstáculo muy importante a la participación, no tanto en la etapa de fabricación sino en la de reflexión y problematización de la realidad. Los procesos largos y altamente facilitados de Vuela permitieron avanzar en ese sentido, pero en el caso de Kossamtor aún el proyecto no implementa este tipo de estrategias.

En términos de documentación, Vuela y Open Flexure son los proyectos más completos y los que obtienen más colaboraciones por esa vía. La documentación contempla tanto en especificaciones técnicas como la documentación de por qué se toman ciertas decisiones y no otras. Esta dedicación a la documentación, disponible en formatos audiovisuales y en el caso de Vuela en varios idiomas, se ve reflejada en un volumen mucho mayor de colaboración online respecto de los proyectos Gorgas y Kossamtor, que solo documentaron especificaciones a posteriori del prototipado.

El proceso de co-desarrollo en el caso de Open Flexure también se ve obstaculizado pero por factores diferentes. En este caso la infraestructura disponible en Dar es-Salam tampoco favorece un trabajo equitativo entre las dos partes, pero los problemas surgen principalmente de las barreras de acceso en el uso de software para diseñar y documentar el proyecto. En todos los casos, la complejidad del software utilizado para producir hardware abierto limita la participación de ciertos grupos y restringe la visibilidad de los proyectos frente a potenciales colaboradores externos.

8.5 Resumen del capítulo

Este capítulo introdujo los resultados del análisis comparativo de los casos de estudio en diferentes niveles: entre los proyectos académicos, entre los comunitarios y una comparación global.

El análisis comparativo en cada una de las dimensiones muestra que aunque existen patrones asociados a cada contexto, en algunos casos las diferencias no siguen este patrón. La principal en este sentido es la diferencia en los modos de participación dada por objetivos diferentes de cada proyecto. Esto hace que la naturaleza de los diálogos sea más interdisciplinaria o entre visiones del mundo diferentes. Los trabajos de domesticación mostraron similitudes en términos de prácticas de diseño modular, trabajo iterativo y orientado a usuaria; en casos donde se dan instancias de coproducción mayor también el trabajo es mayor en términos de facilitación. En todos los casos el trabajo más significativo es el de construcción de un lenguaje común que habilite la formación de pares y la colaboración. El análisis de capacidades muestra similitudes en términos de autonomía alcanzada por los proyectos, reparabilidad, impacto social. Las diferencias aparecen en sostenibilidad y en capacidades de trabajar con confianza con la tecnología. Todos los proyectos generaron nuevos proyectos a partir de estas experiencias.

En el próximo capítulo se discute cómo los resultados presentados hasta el momento contribuyen a responder la pregunta de investigación: cómo y en qué medida el hardware científico abierto promueve la democratización de la producción de ciencia y tecnología.