las horas de luz se acortan
y como siempre el cuerpo tiene un delay
entra en el ritmo del otoño
girando lento como la hoja
va cayendo, dibuja espirales
sobre la vereda húmeda y sin hacer ruido

por si hacían falta señales
la gata se pega a los pies
toma su lugar bajo el radiador
su sombra fija en los próximos meses
mientras afuera todo se adormece
otros mamíferos tienen menos suerte

los hornos se encienden
mientras el corazón
consciente del tiempo, pero siempre a su ritmo
lo va forjando con cada latir
empecinado

¿de quién va a ser ese tiempo este otoño?
a dónde van a ir a parar
quiénes van a recibir
las palabras y las cosas que encendemos
para no morirnos de frío
adentro

como las hifas voy tejiendo
una red subterránea, protegida
un baúl de cosas de otoño
una burbuja llena de especias
canciones, amigas, caricias en el pelo
y una mano extendida siempre
para encendernos otra vez